Todo sobre los collares isabelinos para gatos y perros: tipos, alternativas y mejores de 2024

A lo largo de su vida, muchos perros y gatos necesitarán someterse a una intervención quirúrgica, o bien tendrán que recibir puntos de sutura, tras hacerse alguna herida. En estos casos, lo más probable es que el veterinario le coloque al animal el infame collar isabelino, algo que, sin duda, no le hará ninguna gracia a tu peludo.

Sin embargo, por mucho que a tu perro o gato le resulte incómodo esa especie de cono de plástico, es un “mal necesario”, que sirve para evitar que se muerda o rasque para calmar el dolor o el picor, con el riesgo que esto conlleva de que pueda llegar a arrancarse los puntos, infectar la herida o irritarse la zona.

En esta guía de compra vamos a ver varios consejos para hacerle más llevadero a tu peludo el collar isabelino, y hablaremos de algunas opciones alternativas que podemos encontrar en el mercado y que pueden resultarle más cómodas que el llamado “cono de la vergüenza”.

Cuándo usar un collar isabelino para perros y gatos

Por mucho que a nuestros perros y gatos les resulte incómodo y desagradable llevar puesto un collar isabelino, lo cierto es que se trata de una herramienta que se hace indispensable en varios casos. Veámoslos.

Para proteger heridas o cicatrices

Seguramente sea éste el uso más conocido de los collares isabelinos: evitar que el animal pueda lamer o morder heridas que tenga en el cuerpo, ya sea como consecuencia de una operación quirúrgica o por cualquier otra causa, como haber recibido un mordisco de otro perro o gato, o haberse cortado con algo.

“Los collares isabelinos son muy útiles para impedir que un perro o gato pueda lamer o morder heridas que tenga en su cuerpo, evitando así que lleguen a arrancarse puntos de sutura, o causar una infección o empeoramiento de dicha herida.”

En estos casos, el collar isabelino protegerá la zona, evitando que nuestros compañeros peludos puedan arrancarse los puntos de sutura, o causarse una infección o un empeoramiento de la herida en cuestión.

Para proteger ojos y oídos

Si tu perro o gato tiene algún problema oftalmológico, ya sea por una cirugía, o por una infección que requiera la aplicación de un tratamiento, o también si tiene una infección de oídos, un collar isabelino puede ser muy útil. Debemos tener en cuenta que los problemas de ojos y oídos pueden ser muy molestos, lo que hace que los animales tiendan a tocarse o rascarse para aliviar el picor o el dolor, algo que es recomendable evitar para no empeorar la situación.

En caso de problemas dermatológicos

Si tu perro o gato sufren de algún problema en la piel, como puede ser una dermatitis, por ejemplo, el collar isabelino puede ser un complemento al tratamiento, ya que, en algunos casos, si los animales sienten mucho picor, pueden llegar a causarse lesiones, e incluso a veces hasta automutilarse, debido a la ansiedad que les produce. Por supuesto, el collar isabelino nunca debe ser un sustituto de un tratamiento adecuado, sino un complemento temporal.

Alternativas al collar isabelino para perros y gatos

Lo cierto es que, por mucho que el collar isabelino pueda ser una herramienta muy útil para evitar males mayores cuando nuestros peludos tienen alguna herida o lesión como las que veíamos en el punto anterior, esto ellos no lo entienden: lo único que saben es que, encima de las molestias que están sufriendo en esos momentos, tienen que soportar que les pongamos un elemento extraño que les impide andar, comer o dormir normalmente.

“Por mucho que el collar isabelino sea una herramienta muy útil en ciertas situaciones, lo cierto es que resulta bastante molesto para nuestros peludos, pero, por suerte, existen una serie de alternativas que resultan más cómodas.”

A lo largo de este artículo hemos podido ver una serie de alternativas a los típicos collares isabelinos de toda la vida, esos conos de plástico rígido que suele ponerles el veterinario a nuestros perros o gatos, tras una cirugía o una cura, o también en caso de que debamos evitar que puedan tocarse la cara, los ojos o los oídos.

Sin embargo, no siempre estas alternativas son válidas, dependiendo de para qué queramos utilizarlas, o incluso del tipo de animal que tenemos. Hagamos un repaso de todas ellas, para así conseguir elegir la más adecuada para nuestro perro o gato.

Collares isabelinos hinchables

Los collares inflables son una de las alternativas más populares a los collares isabelinos tradicionales. Si bien no dejan de ser un elemento extraño al que nuestros perros y gatos deberán acostumbrarse, se trata de una herramienta menos invasiva que los conos habituales: no les quitan visión; no les impiden comer o beber con normalidad; e incluso les permitirá dormir más cómodamente, apoyando la cabeza en ellos.

Por supuesto, para que un collar inflable sea efectivo, debe impedir que el perro o gato pueda alcanzar con la boca la zona en la que tiene la herida o lesión que queremos proteger, por lo que es imprescindible elegir bien el tamaño del collar. Debes tener en cuenta que para algunos animales no funciona, sobre todo en el caso de perros con cuellos largos, ya que podrían alcanzar la zona que intentamos proteger.

Collares isabelinos transpirables y no rígidos

Los collares isabelinos tradicionales pueden resultar muy incómodos y aparatosos para nuestros perros y gatos, y esto, básicamente, se debe a que están fabricados con plástico, un material que, además de no ser transpirable, resulta muy rígido.

“Una buena alternativa al clásico collar isabelino de plástico rígido son los que están fabricados con algún tipo de tejido más flexible, suave y transpirable, ya que permiten que el animal se sienta más cómodo.”

Esto hará que el pobre animal vaya chocando con todos los obstáculos que se encuentre, y que pueda resultarle incómodo para comer o beber normalmente, o para dormir. Además, si hablamos de un perro, será incapaz de ir olfateando normalmente cuando salga a pasear, puesto que cuando quiera acercarse a lo que quiere oler, el dichoso cono chocará con la superficie o, en caso de que esté en una zona de césped, se clavará en el suelo, y se quedará hecho un asco, lleno de tierra y hierba cortada.

Una buena alternativa puede ser hacerse con un tipo de collar de recuperación en forma de cono, pero que esté fabricado con algún tipo de tejido que resulte más cómodo y suave, y que sea transpirable. Dos buenos ejemplos de este tipo de collares isabelinos son el cono HanryDong y el The Comfy Cone, que hemos visto en este artículo.

Ambos modelos son flexibles y ligeros, algo que los hace muy populares, ya que permiten que el perro o gato pueda moverse con más facilidad, sin chocar con todo, y que pueda comer, beber y dormir más cómodamente.

Collares suaves y blandos, con diseños originales

En el mercado podemos encontrar alternativas al collar isabelino de lo más originales. Se trata, generalmente, de collares fabricados con diferentes tejidos acolchados, con los más variados diseños. Generalmente resultan mucho más cómodos para el animal que los típicos conos de plástico rígido, al tiempo que cumplen con su función de evitar que puedan lamerse o rascarse la zona que queremos proteger.

“Los collares fabricados con tejidos acolchados resultan mucho más cómodos para los perros y gatos, y además los hay con diseños de lo más originales.”

En este artículo hemos visto un collar en forma de flor, que resulta cómodo y ligero, pero en el mercado podemos encontrar los diseños más variopintos, desde el típico cono de tela, hasta los modelos más originales, en forma de rosquilla, de disco, o con formas de animales de lo más divertidas. Veamos algunos ejemplos (los enlaces te llevarán a sus páginas de producto en Amazon):

• Collar de recuperación para perros y gatos con diseño de lunares: Smandy (Ver en Amazon)
• Collar isabelino rosa y con lunares para perros y gatos: Beoblaze (Ver en Amazon)
• Collar de recuperación «Elizabethan» para perros y gatos: POPETPOP (Ver en Amazon)
• Collar isabelino para gatos y perros con forma de rana: Bello Luna (Ver en Amazon)
• Cuello isabelino para perros y gatos con forma de abeja: FISHSHOP (Ver en Amazon)

Trajes de recuperación

Ésta es, sin duda, la alternativa definitiva al collar isabelino, ya que le evitará a tu perro o gato el llevar puesto un cono o cualquier otro tipo de collar de recuperación. En este caso, lo que se hace es cubrir todo el cuerpo del animal, evitando así que pueda tocarse la parte afectada, al tiempo que protegemos la herida, que queda cubierta.

“Los trajes de recuperación son, sin duda, una gran alternativa al collar isabelino, pero sólo sirven en caso de que la zona que necesite protección esté en el cuerpo del animal.”

Por supuesto, no nos servirá para todos los casos: los trajes de recuperación solamente son útiles en caso de que la zona que deseamos proteger esté en el cuerpo del perro o gato. Si queremos evitar que pueda rascarse los ojos o los oídos, o que se lama alguna pata o la cola, un traje de recuperación será inútil y tendrás que buscar otra alternativa.

Cómo ayudar a tu perro o gato a sobrellevar el collar isabelino o cualquier otra alternativa

Ya optes por un collar isabelino clásico o por cualquier otra de las alternativas que hemos visto a lo largo de este artículo, es bastante probable que tu perro o gato lo rechacen en un principio. Y es que, por muy cómoda que sea la alternativa elegida, le estaremos poniendo un elemento extraño para él, y es normal que nuestro peludo se sienta incómodo y raro llevándolo.

Estas son algunas de las situaciones que podemos encontrar al ponerle un collar isabelino a nuestro perro o gato:

• Se le ve incómodo o estresado.
• Se queda paralizado, y se niega a moverse o caminar.
• Intenta quitárselo por todos los medios.
• Va chocando con todo, al no controlar las dimensiones del collar.
• No consigue comer o beber, o le resulta muy incómodo hacerlo.
• No parece ser capaz de tumbarse cómodamente para dormir.

No te preocupes, si bien es cierto que los collares isabelinos, o cualquier otra de las alternativas que hemos ido viendo en este artículo, resultan un elemento extraño para tu perro o gato, que va a causarles una cierta incomodidad, también es verdad que nuestros animales tienen un gran poder de adaptación, y en la mayoría de los casos se acostumbrarán a llevarlo puesto en tan solo unas horas.

“Si bien es cierto que los collares isabelinos, o cualquiera de sus alternativas, son un elemento extraño para tu perro o gato, y siempre les causará cierta incomodidad, nuestros peludos tienen un gran poder de adaptación, y acaban por acostumbrarse a ellos.”

En todo caso, hay ciertas cosas que podemos hacer para ayudarles a sobrellevar el collar isabelino o cualquier otra alternativa que hayamos elegido.

• Para empezar, es importante que te asegures de que el collar está bien ajustado y no le aprieta el cuello. También es imprescindible que no quede demasiado flojo, o tu peludo podría meter la pata para intentar quitárselo, y acabar haciéndose daño.
  
  
• Si tienes un perro o un gato de pelo largo, debes comprobar regularmente que no se le estén formando nudos a causa del borde del collar.
  
  
• Asegúrate de elegir la talla correcta. Si el collar es en forma de cono, debe cubrirle hasta la nariz, para evitar que pueda lamerse o morderse la parte afectada, pero debes tener cuidado de que no la sobrepase, o no podrá comer ni beber.
  
  
• Si tu perro o gato llevan un collar normal, debes asegurarte de que el collar isabelino no se atasca con él. Muchos modelos de collares de recuperación llevan trabillas que permiten ajustarlos a un collar tradicional. De este modo quedará mejor asegurado, y al animal le será más difícil quitárselo, por mucho que lo intente.

“Asegúrate de que el collar es de la talla correcta y está bien ajustado, sin apretar el cuello de tu perro o gato, pero sin estar demasiado flojo, ya que tu peludo podría conseguir meter una pata y quitárselo.”

Una vez hayas revisado estos puntos, y te hayas asegurado de que el collar está bien ajustado, es de la talla correcta, y que no supone un impedimento para que tu perro o gato puedan moverse, comer y beber normalmente, hay ciertas cosas que también puedes hacer para conseguir que tu peludo se encuentre más relajado y cómodo.

• Si notas que, al ponerle su nuevo collar isabelino, tu perro o gato se queda paralizado y se niega a moverse, intenta motivarlo colocándote en frente de él, de modo que pueda verte, y ofrécele algún premio que le guste, para animarlo a caminar hacia ti.
  
  
• Procura eliminar la mayor cantidad de obstáculos posible en casa, de modo que le resulte más fácil moverse sin chocar con todo. Permítele que explore su entorno a su ritmo, y que se acostumbre a la nueva situación.
  
  
• Ten mucha paciencia con tu perro o gato. Debes tener claro que el animal se va a sentir incómodo y estresado. Por una parte, si tiene una herida, o acaba de pasar por una intervención quirúrgica, es normal que sienta dolor y malestar, y que intente quitarse el collar. En ese caso corrígelo suavemente, pero no le riñas ni le grites. Cuando veas que está tranquilo, prémiale.

“Es inevitable que tu perro o gato se sienta algo incómodo y estresado cuando le pongas su collar isabelino, e intente quitárselo. En ese caso, ten paciencia con él y corrígelo suavemente, sin reñirle ni gritarle.»

• Si notas que tiene dificultades para comer o beber revisa el collar isabelino. Asegúrate de que no es demasiado largo para permitirle que acceda al comedero o bebedero sin problema. Si estás en casa puedes quitarle el collar protector un momento, para que coma o beba, y después volver a ponérselo.
  
  
• No metas la mano en el cono ni le toques el cuerpo sin que primero te haya visto o te haya oído, o podría reaccionar mordiéndote o arañándote (en el caso de un gato). Ten en cuenta que, si lleva un collar isabelino tipo cono, su visión periférica queda muy disminuida, de modo que podría sobresaltarse y tener una mala reacción.
  
  
• Si notas que tu perro o gato está incómodo a la hora de dormir, puedes ponerle una pequeña almohada que le permita poner la cabeza en una posición algo más elevada.
  
  
• Busca el tipo de collar adecuado para tu perro o gato, según sus características y el sitio donde esté localizada la herida que deseamos proteger. Si se trata de una herida situada en el torso, una gran alternativa puede ser un traje de recuperación. Pide consejo a tu veterinario, que te sabrá orientar sobre ello.

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Sobre la autora:

Marta Rodríguez

Entusiasta de los animales, y orgullosa mamá humana de mi perro Rufus y mi gato Ronno. Trato de proporcionarles la mejor calidad de vida posible, y quiero ayudarte a que les des a tus mascotas los mejores cuidados, accesorios y servicios.

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Declaración: si bien realizamos una minuciosa investigación para asegurarnos de que el contenido que ofrecemos es preciso y veraz, ten en cuenta que este artículo es meramente informativo, y en ningún caso se debe interpretar como diagnóstico o consejo veterinario. Asimismo te recomendamos que, en todo tema relacionado con la salud de tu peludo, consultes siempre con tu veterinario y confíes en su consejo.